martes, 1 de agosto de 2023

Dictadura








 

 

Mi casa ya no es verde.

La isla en fase terminal agoniza

entre escombros

oscuridad

hambre.


Tristeza en cada rostro curtido por el sol.


Los ojos de mi abuela

apagados

no me reconocen

por mucho que le hable

por mucho que la abrace,

ya ella se fue.


Acomodo en la maleta

mi sangrada libertad

y huyo nuevamente

con la isla a cuestas,

pero más triste que nunca.





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