No sé cómo escribirte estos versos
que no leerás nunca,
no sé cómo pude permanecer seca
hasta hoy.
Nadie sabe qué hacer
con tanto asombro.
A veces pienso
que es una broma de mal gusto.
Éste hueco en el pecho no sanará.
Puedo escuchar los acordes
de una guitarra clásica
detrás estás tú.
Recordarte en el sofá de Ele,
adolescente
bella
hojeando un libro de García Márquez
con la seriedad que siempre
te caracterizó.
"No le tengas miedo al miedo"
me dijiste en los 90,
cuando todo era muy confuso
y me rendía ante la ansiedad.
No sé si te dije que te quería
admiraba tu grandeza
valentía.
Ya nos encontraremos, prima,
en algún cálido sitio.